Empieza a quedar patente que el matrimonio democracia-liberal
nunca fue tal. Había que sustituir el poder arbitrario entre particulares
(absolutismo) por un modelo democrático,
pero claro, como también había que evitar la interferencia de los demás
ciudadanos (esa masa informe desprovisto de conocimientos), se hacía necesario
un estado-jurídico que salvaguardase la iniciativa y la propiedad privada
acumulativa de una pequeña oligarquía, de la “tiranía de la mayoría”. Montesquieu,
gracias por tus servicios, te cogemos media idea que la otra no nos convence
mucho…
Y la acumulación de riqueza se ha convertido en la nueva
arbitrariedad que el liberalismo no puede ni explicar ni contener. La economía
racionalista, con toda esa falacia de cada no busca su máximo beneficio de
manera racional, hizo “crack” en 2008. Ya lo había hecho en otras ocasiones,
pero a los españoles, poco duchos en estos tejemanejes, nos ha explotado en
toda la cara. Y mientras los medios siguen con sus debates de porteras, sigue
sin hacerse la autocrítica necesaria que hemos de abordar:
El desplome del neoliberalismo de sus premisas más básicas.
Y mientras descuidamos la educación que nos permitiría pensar por nosotros mismos y lograr los frutos de dicha autocrítica,una sociedad más solidaria. Genial,esperando más.
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